Genaro Benítez Bernal: Una Lucha contra el olvido
Genaro Benítez nació en General Bernardino Caballero, Paraguarí un pueblo ubicado a 60 km de Asunción, el 17 de julio de 1929. Hijo de José de la Cruz Benítez y Alejandra Bernal. Sus inicios en el fútbol se dan en la cancha de su pueblo natal, donde solía disputar torneos infantiles; en uno de ellos fue descubierto por el señor Piraguano, quien debido a sus grandes capacidades para el futbol lo lleva a Asunción a jugar en la quinta división del Cerro Porteño, club donde haría historia.
Al comienzo, su padre, el señor José de la Cruz Benítez, no estaba de acuerdo con esta decisión porque deseaba que su hijo fuera doctor, pero pudo más el amor que don Genaro profesaba al fútbol que los designios de su padre.
En Cerro Porteño coincide con Pablo Centurión y Santiago Rivas, viejos conocidos del fútbol colombiano, ya que jugaron en la época del dorado para el Boca Juniors de Cali, equipo compuesto principalmente por jugadores de nacionalidad paraguaya. Este equipo estuvo a punto de venir a jugar en 1951, pero don Genaro rechazó la propuesta debido a que tenía compromisos con el Cerro Porteño. Este gesto es una prueba del amor y la lealtad que don Genaro ha tenido siempre hacia el club que lo vio nacer como futbolista.
En el Ciclón, apodo por el cual se conoce al Cerro Porteño, debuta a mediados de los años 40 haciendo pareja con Eligio Insfran, otro viejo conocido de la afición colombiana, ya que jugó para el Deportivo Pereira en 1950. Su compañero de divisiones inferiores, Pablo Centurión, era el arquero principal de ese cuadro. Este Cerro Porteño se coronaría campeón en 1950, haciendo una gran campaña en la que don Genaro aportó toda su agilidad para poner y hacer goles.
El Cerro Porteño era dirigido por Benjamín Laterza una de las grandes leyendas del futbol paraguayo al lado de Manuel Fleitas Solich quién lo dirigió en la selección paraguaya, lo cual fue importante para Don Genaro, ya que el señor Benjamín fue quien le dio su primera oportunidad y lo hizo titular indiscutido del Cerro Porteño por seis años consecutivos, hasta que en 1953 es contratado por el Nacional de Uruguay coincidiendo con algunos grandes jugadores como Julio Gervasio Pérez quien fue campeón mundial con Uruguay en 1950, Javier Ambrois quien jugó para el Cúcuta Deportivo, Carlos Zunino quien paso por el Cúcuta Deportivo y luego campeono con Sporting cristal, Jose Emilio Santamaría quien jugo el mundial de Suiza con Uruguay y luego fue al Real Madrid, Rafael Souto, Guillermo Escalada entre otros. Este equipo fue dirigido por Ondino Vieira cuya carrera se desarrolló prioritariamente en Brasil.
La aventura de don Genaro Benítez en el Nacional de Uruguay duró un año, en el cual jugó 7 partidos y anotó 3 goles. Para 1954 volvió al Cerro Porteño, a pesar de que tenía varias ofertas, entre las cuales destacaban con luz propia las de Olimpia y Boca Juniors de Argentina.
Sin embargo, conformaría uno de los equipos más recordados por la hinchada del Cerro Porteño. Esta nómina haría una extensa gira por América del Sur, Centroamérica y las Antillas. Estaba conformada por algunos de los grandes jugadores paraguayos de la época como Honorio Casco quién posteriormente jugaría en el Deportivo Pereira, Ángel, Enrique y Darío Jara Saguier una de las sagas de jugadores más conocida en Paraguay, Salvador Breglia, Joel Cabrera Santacruz quien luego jugaría en Millonarios, Agustín Miranda, Ángel Jiménez luego jugador de la América de Cali y por supuesto Don Genaro Benítez.
Debido a que era un jugador muy ágil y veloz, le pusieron el apodo "Avión Coli", que significa grande en guaraní. Estas cualidades le valieron sendas convocatorias a la selección paraguaya, con la cual disputó las eliminatorias al mundial de Suecia de 1958, al cual clasificó, pero que no pudo disputar debido a una lesión contraída en un partido contra Colombia. Curiosamente, la persona que lo lesionó fue Ricardo “el pibe” Díaz, quien fuera compañero suyo en Millonarios y cuya misión era precisamente marcar a don Genaro. También disputaría la Copa América de 1959 y unos cuantos amistosos de los cuales tiene especial recuerdo por uno de ellos disputado en Argentina, el cual se dio el lujo de reemplazar a los punteros Enrique Avalos y Ricardo Quiñones quienes eran de titulares, además de hacerle dos goles al legendario Julio Cozzi conocido como el arquero del siglo, gran leyenda de Platense y Millonarios, quién recordaría este episodio algunos años más tarde cuando volvió para dirigir al cuadro embajador. Con la Selección paraguaya jugó nueve partidos y anotó dos tantos.
En 1961 llegaría a Bogotá, para jugar con Millonarios después de desechar una oferta del Deportivo Pereira cuyos directivos incluso lo fueron a recoger al aeropuerto pensando que llegaría para el cuadro matecaña, pero no fue así, ya que en el club embajador le aguardarían sus mayores éxitos coronándose campeón 4 veces seguidas, un récord que solo pudo superarlo en los años 80 la América de Gabriel Ochoa Uribe, curiosamente el arquitecto de las cuatro coronas que celebro don Genaro como jugador del club embajador, además se dio el lujo de conformar un equipo lleno de grandes figuras empezando por Pablo Centurión viejo conocido de don Genaro en el Cerro Porteño y con quién se reencontraría en Millonarios, Juan Ramírez Gallego hermano del goleador Gallegol Ramírez, Ricardo “Pibe” Díaz, Delio “Maravilla” Gamboa, Orlando Larráz, Silvio Farías, Carlos Arango, Marino Klinger, entre otros. Una nómina que duró imbatida nada menos que media década.
Don Genaro Benítez fue un puntero rápido, encarador y desequilibrante, típico del fútbol sudamericano clásico. Su papel consistía en romper líneas por las bandas, asistir al delantero y generar caos en la defensa rival, haciendo gala de su velocidad, gambeta y visión ofensiva, podia jugar por las dos bandas. De su cosecha surtió a Delio Gamboa, Silvio Farías, Marino Klinger, Carlos Arango, José Romeiro Cardozo o Rubén Pizarro, que solamente tenían que evocarla en el arco contrario. Su entrega y sacrificio fueron muy grandes, debido a ello, solamente anotó 16 goles en 112 partidos. De Millonarios se iría en 1965 debido a un problema que tuvo con el técnico Óscar Severiano Ramos, a quien golpeó por decirle cobarde para luego responderle: “No soy cobarde, soy paraguayo”. Una frase que retumbó para siempre en la mente del técnico Ramos, quien no la olvidaría hasta el día de su muerte acontecida en 1992.
En Colombia se le conoce por su apodo “Sapo” debido a
que en un juego contra el Cúcuta, en el cual había mucha lluvia puso nada menos
que 8 goles sin resbalarse, ni caerse, pero si dando muchos saltos para
esquivar a los defensas del cuadro motilón, debido a eso el legendario narrador
Carlos Arturo Rueda lo bautizo con ese mote.
Su última fase como jugador la vivió en El salvador jugando para el FAS, equipo donde se retiró en 1966 para ser director técnico, profesión que ejerció a nivel aficionado, ya que dirigió a las selecciones del Cauca y Nariño en donde tuvo la suerte de descubrir a importantes valores como Willington Ortiz y Eladio Vásquez, los cuales recomendó para llegar a millonarios y quienes triunfarían con creces en el cuadro azul.
Durante 62 años vivió en Colombia donde se casó y tuvo a sus hijos, pero la añoranza de volver a su país siempre estuvo presente, por muchos años estuvo olvidado hasta que en el 2012 con los 100 años del Cerro Porteño recobro vigencia, desde ese momento volvió a tener ese reconocimiento que merecía, en el año 2021 le fue concebida una pensión graciable y para 2023 vuelve a su tierra a pasar sus últimos años.
Articulo de Genaro Benitez. Sacado del Abc Azul de Guillermo Ruiz Bonilla
Hola romerow
ResponderEliminarMira yo tengo información sobre jugadores como Fernando Walter, Alfredo Castillo, Pedro Cabillon.
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Freddy Fhara Lasalle Maduro (Facebook)
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